domingo, 7 de diciembre de 2008

Después de dos días subiendo y bajando

En Madrid hace un frío horrible y, desde que soy medio dominicano, el frío es aún peor... Dios sabrá.
Llevo dos días subiendo y bajando de Madrid al Escorial, del Escorial a Madrid. ¿Qué pasa en el Escorial? Que hay un super encuentro de jóvenes de la Renovación Carismática de España. Yo subía a hacer lo que m pidieran y, antes de que me pidieran algo estaba confesando y, después de confesar ayer, seguí confesando. No sé con cuánta gente hable, no fui a ninguna de las enseñanzas o talleres; aunque me hubiera encantado; pero sí puedo dar testimonio de que el Señor ha estado este fin de semana largo grande, muy grande con nosotros. Y soy -por misericordia del Señor-, testigo privilegiado del paso del Señor por la vida de un montón de jóvenes este puente en el Monasterio del Escorial.
Una pasada.
Sé que llevo tiempo sin escribir, llevo más de un mes sin internet en casa. Pero eso no es excusa. Esta vez no hago porpósitos de seguir escribiendo.
Lo haré.
O no.
Pero sí doy mil gracias a Dios por este fin de semana, por todo lo que está obrando en nuestra diócesis. En nuestra Iglesia.
Es tanto... y hay tan pocas palabras para entrar en este misterio grandioso de la conversión...
Seguiré. O no.
Ahora, por de pronto, me voy a cenar. Que también es importante.