martes, 6 de noviembre de 2007

en un poema...


Sigo pasando unos días de poesía.

No de poesía en sentido poético, sino que no puedo dejar de leer poemas. No dejo de asombrarmo por cómo el Señor se muestras tras la belleza de unas palabras, de un ritmo que no es el ritmo del Metro. Pero leyéndolo en el Metro, el ritmo de la vida cambia. La mirada sobre la realidad es distinta.

Leyéndo a esta gente que sabe poner palabras a lo que yo vivo (o siquiera a lo que deseo vivir), la mirada, cómo nos situamos en la realidad... es distinto.

Hoy, en el Metro, iba leyendo al ya nuestro amigo Liebert y, al acabar uno de sus poemas me quedé como atontado mirando por la ventana. Brotó la oración como un resorte en mi corazón.

Daba gracias al Señor por los dones que reparte en medio de su pueblo, y me acordaba de una imagen. Un dibujo de Quino, en el que está un poeta, con una máquina de escribir en medio de la calle, escribiendo, con una flor que sale de la pared en una gran ciudad...

Algo parecido sentimos cuando en la literatura encontramos correspondencia a la vivencia del corazón. Cuando experimentamos la correspondencia del corazón en las palabras que brotan del corazón de otro.

¡Menos mal que hay gente que sabe decirlo!


Os comparto ese poema que ha hecho que brotara de corazón la oración en el Metro hoy. el Poema se llama El Jinete. Lee:


Huía de Ti en desbandada,

quería desorientarte y engañarte,

mas cada día mis obstinadas rodillas

en los cielos terminaban dejando su huella.


Me has alcanzado, Jinete Divino,

me has pisoteado y sobre mí te has alzado.

He caído sorprendido, segado por la Gracia,

como humo aplastado por el viento.


No encuentro palabras para levantarme ante Ti,

hablar me cuesta cada vez más.

¿Acaso sea preciso perder las palabras,

para, junto al alma, poder reconquistarlas?


Acaso sea preciso olvidarse de uno mismo

y confiar en Tus palabras.

Si es preciso, hóllame, entonces, por completo,

ya que únicamente soy Tu soldado.


Sólo sé una cosa y para el resto

no preciso ni de ojos ni de oídos:

que habiendo elegido pra siempre

he de volver a elegir cada instante.



¿No es impresionante?

un abrazo

6 comentarios:

Talita Plum dijo...

Gracias!

Precioso poema... si Señor... que maravilla...

En breve, si Dios quiere, añado otro regalito de esos que el Señor nos hace en el Metro... no en forma de poesía pero si acompañado del chaca-chá del tren...

bss!

Felipe dijo...

Espectacular. ¿Este tio es cristiano?...acabo de leer que si. Y yo pensaba que esto de la poesía eran simples mariconadas... hay que ver que revolcones está pegando el Señor ultimamente a mis prejuicios...que fuerte es todo esto...

Lotas

Virginia W dijo...

Los poemas, la buena literatura, la música, Los buenos cuadros... ¿por qué el arte nos lleva hasta Dios?
Es una bendición, y tú también, Ro.
Muchos besitos

Raquel dijo...

Dios deja caer perlas de su belleza a través de los dedos de los hombres... y de sus miradas... y de sus blogs! Gracias, Rodrigo, por recordarme que a cada día se le puede poner una flor (o un millón), que hay tantas palabras que tapan silencios mucho más relevantes, que hay que dejarse conquistar cada día...
Gracias, Señor.

Anónimo dijo...

Pues muchas gracias, Rodrigo... Tengo ya ganas de conocer al poeta y, sin embargo, amigo, Jerzy Liebert, así que prometo cuando tengo un ratito más libre, buscarme algo de él y ver si me atrevo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pero tío!!!!! Voy buscando un poema de Jerzy Liebert para mi web-blog (http//:www.elguijarroblanco.es) y me encuentro contigo!!!!
Soy javier Alonso Sandoica. Enhorabuena por tu afición virtual, pedazo de cura!!!
Nos pasaremos cosas!!
Abrazos