miércoles, 6 de febrero de 2008

Dios es Amor


Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió al su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo (Jn 3: 16-17)

Comenzamos nuestros puntos de oración considerando lo más importante de la vida Cristiana. Algo que no tenemos que dejar pasar por alto.
Dios nos ha creado. Dios ha creado el mundo y , ha puesto multitud de medios para que nos encontremos con Él. Nos ha dado su Palabra, nos ha dado los sacramentos... nos ha dado tanto!

Te propongo para hoy que medites observando lo que tienes alrededor. Que observes la Creación, el cielo, las nubes, el Sol, los fenómenos atmosféricos... mira los animales, los árboles. Mira a los ojos a alguien y preguntate ¿puede el azar hacer esto? ¿puede el azar hacer un ojo con su funcionamiento? ¿Puede el azar generar vida? ¿Puede el azar generar amor?

¿Puedes acaso asegurarte un segundo más de vida?
Y si honestamente observas la realidad que te rodea, te darás cuenta de que quien te sostiene en el ser lo que eres. En el ser simplemente -y nada menos-, es Dios.

¡¿Por qué tantas atenciones de Dios con nosotros?!
Por el "material" del que está hecho Dios: AMOR.

Ponte hoy en oración y considera que el Señor quiere empezar contigo un proceso de amor. Un cortejo, diríamos, que nos llevará... donde el Amor de Dios nos lleve. No sabemos dónde, pero sí estamos seguros de que Él no nos dejará de su lado.
Él, Cristo Glorioso, está llamando a tu puerta:
Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi llamada y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos (Ap 3: 20).

1. Ponte en la presencia de Dios (Señor te pido que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas a su Majestad, sean para tu gloria. Ayúdame a estar en tu Presencia Amorosa en este rato de oración... )
Alguien llama a tu puerta, es el Señor. Déjale pasar. Ofrécele asiento, conversación...
Él quiere hablarte de su amor, de la Creación, de lo que te ama...
háblale de tus inquietudes, de tus deseos, planes, miedos...

¡Hay interlocutor! ¡No es autosugestión! El Señor, el Creador de todo te escucha.

2. Si se te acaban las palabras, las consideraciones, no te preocupes. El te conoce mejor que tu mismo.
Observa, en silecio cómo te mira. Cómo te ama.

3. Vuelve sobre la Palabra de Dios.
Jn 3: 16-17
Ap 3: 20
2 Cor 5: 1-10

4. Pídele al Señor que te sientas con Él como en casa. O mejor.
Reza un Padrenuestro (la oración que Jesús no enseña) dándole gracias al Señor por el rato que habéis pasado juntos.


Un abrazo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho la propuesta de observar lo que nos rodea.
Creo que: hacer, pensar, sentir cada paso que damos, nos conecta con la magia de existir y con la esencia de todo ser.

Saludos,
Mariana

Gracias.

PD. ¡Feliz navidad!